domingo, 7 de febrero de 2021

Intentando joder sobre Bubbles (Literalmente)

 

Bubbles y su negro culo de paseo nocturno.

Créanme cuando les digo que crear entradas sobre Bubbles es complicado, teniendo en cuenta que no todos los días puedes hallar a algún fulano de Internet con huevos del tamaño de una ameba, pero presumiendo un ostentoso automóvil (a menos que sea el propio Slavisbitch con su Rolls Royce.)

Es regla general (o lo fue, mejor dicho) noventera u ochentera, que quien posea un automóvil bastante costoso y vistoso, lo utilice principalmente para ligar. Ustedes saben, esa gente que, hablando es peor que tartamudo con idiotismo y que busca compensarlo con una cantidad indefinida de cilindros y fibra de carbono.

Ha pasado con los famosos Corvette, que cambiaron de ser un emblema holliwoodense como los Mustang Shelby o los Dodge Charger, a ser vehículos de parejas jóvenes y sexualmente activas con una casa de verano en alguna playa del Caribe o California.

Bajo esa norma ya olvidada, ¿realmente aplico?

Soy un adulto joven con apariencia de niño de 14 años, rasgos fisionómicos confusos entre italianos o latinos, piel pálida, pelo negro, fornido, que viste como prófugo del manicomio. Aparte, tengamos en cuenta que, yo no poseo un Corvette, ¡Poseo un Lamborghini, CARAJO!

A pesar de todo esto, un amigo muy querido forzosamente, cuyo nombre quedará en el anonimato (Emilio) trató de cumplir esa regla a cabalidad con el ligero detalle de que se llevó un deportivo italiano, en vez de un Muscle Car americano como es la costumbre, y peor aún, me pidió grabarlo, todo con fines de exponerlo en una red social.

Como yo sé que Emilio es muy fantoche, y su personalidad es tan vibrante como un árbol de navidad en Septiembre, acepté sin dudarlo; ¿Quién se resistiría ante tal humillación?

No obstante, no confío en él y puede que ensucie el tapizado de Bubbles con restos de comida o impregne los asientos con el hedor a licor barato, por ende, cubrí todo el interior del auto con hule protector y me dispuse a acompañarlo con LG en mano para grabar la broma (aunque se supone que Emilio afirmaba poder tirarse a alguien ahí dentro).

Estuvimos desde las 5:00 p.m. hasta las 11:00 p.m. sin ningún resultado (excepto quizá, bajar a un Burger King y comprar un Whooper), incluso llegué a sospechar que mi amigo me iba a engañar pagando por un servicio y diciéndome que era una cita especial. Incluso no voy a mentir cuando digo que pudo haber sido mejor usar el auto para cazar mujeres interesadas y subir el video a YouTube.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, la noche cambió inesperadamente. Eran las 11:30 p.m. y le pedí a mi colega bajarme a la casa de un tío por unas cosas (Que no voy a mencionar aquí). Tanto charlé con mi tío sobre cuestiones de la vida cotidiana que olvidé por completo a mi acompañante, y lo que posiblemente le estaría haciendo a Bubbles.

Y cuando por fin me enteré, bajé de inmediato sólo para darme cuenta de una impensable noticia: ¡EMILIO LO "HIZO" SOBRE BUBBLES! 

Mi primera reacción fue querer estrangular a Emilio con los cinturones de seguridad, pero pronto me calmé un poco y procedí a revisar los interiores. Como se habrán podido imaginar, todos manchados de secreción fálica.

Le pregunté a Emilio por la joven infortunada y este me contó que simplemente era una signorina que esperaba el autobús, y que, tan pronto lo vio a él montado sobre una joya de la era actual, se dejó seducir a tal nivel maestro, que le dio la luz verde para todo tipo de acciones.

Algo que se me hizo raro, y fue lo que le cuestioné, es por que en vez de dejarla ir a esperar el autobús y arriesgarla a un asalto nocturno, no la llevó a su casa con el auto y, antes de bajar, satisfacer sus necesidades ahí. Y más raro aún: ¿Por que no me pidió que llegara a grabarlo como tanto anhelaba?, obviamente yo tenía el LG. 

Pero entonces, él me inventó una excusa tan pedorra que de inmediato me hizo sospechar: dijo que había capturado un video con su celular. ¿Qué tiene de raro eso?, simple: su celular es un Sanyo Katana.

No me pregunten como coño Emilio es tan pobre que no pasa de este modelo.

Cualquiera que haya tenido uno de estos antes, sabe que sólo poseen función para tomar fotos, más no para grabar video (yo practicaba stopmotion con las fotos que tomaba de mis juguetes infantiles), por lo que empecé a fijarme más en los detalles.

Y tal como armaba mis sospechas, logré acertar: había demasiado fluido regado como para un acto de diversión tan leve (por no decir que parecía más una cueva de Groenlandia que un simple manchón), aparte, noté un olor curioso en el interior del coche; era como una esencia a químicos.

Al revisar un poco la bodega de mi tío...¡LO DESCUBRÍ!

Se trataba de una mezcla entre pegamento escolar, leche y harina, todo metido en una botella de Coca Cola con agujeros hechos por algún desatornillador.

Luego de haberlo descubierto, tomé la herramienta del crimen y decidí joder un poco a Emilio, llevándosela a mi tío, quien al saber todo su plan, decidió burlarse de él haciendo chistes donde lo acusaba de "chaquetero".

Se puede llegar a un final diciendo que, por suerte, mi auto no recibió ningún daño a los interiores. Eso sí, tuve que lavarlo 3 veces para eliminar el hedor a químico del pegamento, y el hule protector estaba tan lleno de mezcla que lo tuve que tirar.

En fin, ¿Qué moraleja podemos sacar de todo esto?

Ninguna más que no prestarle tus cosas al jilipollas de tu grupo (pandilla, banda, o lo que sea), mucho menos si se trata de algo que te costaría las almas de todo el vecindario y tu libertad sexual en tener.

Luego de 3 horas, los interiores de Bubbles quedaron libres de ese asqueroso olor.


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